lunes, 29 de julio de 2013

RESPONSABILIDAD

Son muchas las situaciones que se nos presentan en el día a día, que sirven para ilustrar términos muy usados pero que son difíciles de definir como concepto. La responsabilidad es uno de ellos.  



Cuando le pregunto a alguien ¿qué significa responsabilidad o ser responsable?, por lo general me responden más o menos lo siguiente: “Hacer lo que hay que hacer”, “Cumplir con las obligaciones y compromisos”. Hay quienes me remiten a la palabra compuesta que hay en ella “habilidad para responder”.

Todo eso está muy bien, pero no es suficiente. Si te preguntara a ti amigo, amiga, ¿Qué dirías?, dime, para ti, ¿Cuándo una persona es verdaderamente responsable? Me gustaría que tuvieras tu concepto antes de que continúes leyendo.
En una ocasión pude ver en acción mi verdadero y mejor concepto de responsabilidad. Era uno de esos días muy complicados donde mi agenda estaba full ya que el día siguiente saldría de viaje por varias semanas. Todas mis citas estaban bien ajustadas y no podía sucederse ningún desajuste. De lo contrario, quedarían asuntos sin resolver.

Una de mis reuniones más importantes era con Rodolfo, un excelente profesional quien trabaja conmigo, además de ser gran amigo. Me interesaba mucho esa reunión y a él también. Ambos nos pusimos de acuerdo para vernos a las 2 de la tarde en la oficina. El confirmó su disponibilidad y comprendió que debía ser puntual.

Con anterioridad le había explicado que nos reuniríamos de 2 a 3 porque enseguida yo debía salir a llevar un sobre importante y estar de vuelta a la oficina para las 4 pm para atender otra reunión. Quedamos de acuerdo y no había ninguna duda. Yo había sido muy claro y el aceptó.

Imagino que ya debes saber lo que pasó. Rodolfo llegó tarde. Llegó a las 2:45 pm. Apenas entró me dijo: “Sé que estoy llegando tarde, no voy a darte excusas ni explicaciones. Te propongo algo, me dijo, vamos a reunirnos con calma y al terminar yo llevo por ti el sobre, así no tienes que salir y ya estás aquí para tu reunión de las 4″.

Rodolfo me dejó sin palabras. Yo ya estaba listo para decirle un montón de cosas por su retraso y lo que me estaba perjudicando. Estaba enojado, aunque ya tenía previsto el plan B. Claro, Rodolfo y yo tenemos tiempo conociéndonos y manejamos muy bien el concepto compartido de Responsabilidad.

Creo que ya debes ir entendiendo de qué se trata el verdadero concepto de Responsabilidad. Una persona verdaderamente responsable no es la que nunca te falla y la que siempre cumple con todo lo que se compromete. Eso es humanamente imposible.

La hermosa condición de Ser Humano es su imperfectibilidad. Si algo es inherente y propio de todo individuo es el error y la equivocación, por lo tanto, que incumplamos acuerdos por motivos propios o externos es completamente posible.

Todos seríamos irresponsables entonces. Una persona verdaderamente Responsable es aquella que al equivocarse no apela a excusas para explicar su incumplimiento sino que asume las consecuencias que tal acción generó en el perjudicado.

Rodolfo sabía muy bien que su retraso me perjudicaba y sabía muy bien cómo. Que se presentara con una buena razón para justificarse no sanaba el daño que me estaba causando. El, sin dar explicación, se estaba haciendo cargo de las consecuencias de su falta, con lo cual, ya no había falta. La reunión se dio, el sobre fue entregado y yo estaba listo para mi reunión de las 4.

Esta situación fue bien manejada porque Rodolfo ya sabe que significa ser verdaderamente responsable y encontró la forma de hacerse cargo. Varios años manejando el tema nos permite fluir cómodamente. La cosa ya no es tan fácil con cualquier otra persona.

Por lo general en esos casos la gente llega con una buena excusa, cierta o inventada, para justificarse y tratar de quedar a salvo. Con esa actitud intentan dejar al perjudicado con su lío.

Si me lo permites, te daré tres de mis alertas para manejar esas situaciones.

1.- No prestes tus oídos para escuchar excusas. Si lo haces estas contribuyendo a justificar la irresponsabilidad. No es que seas insensible, es que primero hay que ocuparse de lo medular del acuerdo y luego pueden charlar de lo que pasó.

2.- A la hora de hacer un compromiso con alguien, busca que la petición sea muy clara y que las consecuencias de un posible incumplimiento sean previamente advertidas. A la hora de presentarse la falla, solo vuelve al momento del acuerdo y fomenta que la otra persona se haga cargo de las consecuencias y daños que causó y que estaban previamente anunciadas.

3.- La credibilidad de una persona se construye cumpliendo los compromisos. Si te comprometes y no cumples, la credibilidad se erosiona y debilita la posibilidad de hacer nuevos acuerdos. Si te sucede uno de estos casos de irresponsabilidad, renueva la confianza, mediante el reconocimiento del error y la compensación del mismo, asumiendo las consecuencias y buscando soluciones inmediatas.

Rodolfo llegó tarde, se hizo cargo, se renovó la confianza y todo sin haber hecho mención de la causa de su retraso, muy justificado por cierto. Cuando me contó la causa de su retraso, era imposible que llegara a tiempo.

En resumen, la persona verdaderamente Responsable es aquella que una vez que te falla se hace cargo de las consecuencias de ese fallo y renueva su deseo de seguir siendo confiable porque la relación contigo le importa tanto como su propia autoimagen de persona impecable y responsable.

Cuídate de quienes son expertos en dar excusas sin hacerse responsables y cuídate aún más de no ser uno de ellos. Es muy satisfactorio andar por la vida con la sensación interna de ser responsable y dar la cara.


En muchísimos casos, quienes dirigimos personal somos también responsables de la responsabilidad de quienes dirigimos. No sólo por la calidad de la solicitud o encargo que les hacemos, ni por la precisión del amarre del acuerdo. También lo somos por la manera en que reclamamos el incumplimiento. Con un reclamo que exige asumir las consecuencias de un incumplimiento, fomentamos la responsabilidad. Todo se resume en que se hagan cargo de su falta. Eso es todo. No es gritando ni infundiendo miedo y temor. Por otro lado, no puedes pedir lo que no estás dispuesto a dar. No uses excusas y asume con valentía que eres un Ser Humano.

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