¿Cómo
impulsar la mentalidad positiva en la Gente?
Hace
un par de años llegó a mi correo un libro titulado CAMBIA EL CHIP (Cómo afrontar
cambios que parecen imposibles), en donde se hablaba sobre dos tipos de
mentalidad:
- · Fija y
- · de Desarrollo Personal.
Y
por supuesto: Tu tipo de mentalidad determina el éxito que tendrás en la vida.
Lee
las siguientes cuatro frases y apunta si estás de acuerdo o en desacuerdo con
cada una de ellas:
- 1. Eres un tipo de persona y no hay mucho que puedas hacer para cambiarlo.
- 2. No importa qué clase de persona seas, siempre puedes cambiar sustancialmente.
- 3. Puedes hacer las cosas de manera diferente, pero en el fondo no puedes cambiar quién eres.
- 4. Siempre puedes cambiar aspectos básicos de la clase de persona que en realidad eres.
Si
estás de acuerdo con la 1 y la 3, tienes una mentalidad fija. Si estás de
acuerdo con la 2 y la 4, tienes una mentalidad de Desarrollo Personal.
Las
personas con mentalidad fija creen
que sus capacidades son estáticas: tienden a evitar los retos, abandonan con
facilidad, ven el esfuerzo como estéril o peor, ignoran las críticas (a veces
constructivas), se sienten amenazados por el éxito de los demás. Simplemente se
ocupan de ver lo que los demás logran sin prestar atención a lo que ellas
pueden lograr. Como consecuencia, se estancan antes, sin llegar a alcanzar su
potencial pleno. Confirman así una visión determinista del mundo. Viven en su espacio
virtual, creen ver toda la realidad, cuando ciertamente su enfoque es reducido,
egocentrista y muy superficial. Como dirían los psicólogos: poseen mapas
mentales uniformes. En otras palabras, son “personas cuadradas”.
Las
personas con mentalidad de Desarrollo
Personal creen que sus capacidades son como los músculos, pueden crecer si
se ejercitan: aceptan más desafíos, perseveran ante la adversidad, contemplan
el esfuerzo como el camino hacia la maestría, aprenden de la crítica, más allá,
piden retroalimentación constante, sabiendo recibir, aceptar y valorar la
diferencia de opiniones. Encuentran lecciones e inspiración en los éxitos de
los demás. Los toman como referencia y alternativa de comportamiento. Como
resultado, alcanzan niveles cada vez más altos de realización y valoración
personal. Se ven recompensados con un sentimiento creciente de libertad, en
donde el éxito no es marcado por lineamientos externos o sociales, sino por
parámetros propios que definen su vida.
Si
quieres que una persona alcance todo su
potencial, elógiala desde una mentalidad de Desarrollo Personal. Como
sabrás, existen dos tipos de elogio: los que alaban a la persona y los que
alaban el proceso realizado por la persona. Cuando elogias a la persona, estás
reforzando la mentalidad fija, la creencia de que el éxito se debe a rasgos
fijos desde el nacimiento. Cuando estas personas fallan, se lo atribuyen a sus
debilidades físicas o personales. Caso contrario, cuando elogias el proceso,
refuerzas la mentalidad de Desarrollo Personal, la creencia de que las
cualidades pueden desarrollarse con esfuerzo y tesón. Así fomentas la
resiliencia y el amor por el aprendizaje, esenciales para el éxito futuro.
Por
consiguiente:
- · Elogia el hacer, nunca el ser.
- · Elogia el esfuerzo, no la inteligencia.
- · Elogia de forma específica y útil.
- · Elogia en privado y de manera oportuna.
- · Elogia sólo cuando existe una buena razón para hacerlo y con sinceridad.
Mi
recomendación: cuando des feedback a una persona, ya sea niño, estudiante o empleado,
hazlo de manera correcta y fomentarás la mentalidad de Desarrollo Personal. Recuerda,
estructura tus comentarios en torno al esfuerzo en lugar de etiquetar a la persona:
·
No
le digas a un niño cuando ha hecho un bonito dibujo: “Eres un artista”, sino
“Cuánto te has esforzado”.
·
No
le digas a un estudiante que ha aprobado un examen difícil: “Qué inteligentes
eres”, sino “Cuánto has estudiado”.
·
No
le digas a un empleado que ha completado una tarea larga y complicada: “Eres
muy trabajador”, sino “Te felicito, veo cuánto te has esforzado para terminarla
a tiempo y con tan buenos resultados”.
Y
hablando de Feedback, recuerda que las principales características de un
feedback efectivo son:
1. Centrado en la conducta, no en la
persona (ejemplo: “elaboraste el trabajo con algunos errores…” en vez de
“eres un torpe”).
2. Describe,
no evalúa (ejemplo:
“llegas tarde por 2da. vez en la semana…” en vez de “¡que incumplido!”).
3. Específica,
no generaliza
(ejemplo: “Has entregado incompletos 3
de los 8 informes…” en vez de “todos los informes están incompletos…”).
4. Enfatiza
el Qué, no el Por qué
(ejemplo: “ayer cuando te hablé de mi problema no me respondiste…” en vez de
“ayer cuando te hablé de mi problema no me respondiste, seguro que no te
importó…”).
5. Referido
a conductas o situaciones que puedan ser modificadas a voluntad (referirse a limitaciones
personales, ejemplo: tic, tartamudez, sordera, etc. puede generar frustración e
impotencia).
6. Oportuno (en el momento preciso, cercano al
momento que ocurrió el comportamiento
sobre el cual se da la realimentación; pero también considerando la disposición
y receptividad del interlocutor)
7. Solicitado
antes que impuesto
(es más útil si el interesado nos lo solicita o si consultamos su disposición
para recibirlo).
8. Centrado
más en las necesidades del Receptor que en las del Emisor (evitar utilizarlo como descarga o
catarsis).
9. Es
verificable o comprobable
(el receptor puede buscar feedback de otras personas y comparar la información,
además que puede parafrasear lo expresado por el emisor para precisar si está
entendiendo el mensaje).
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