¡Atrévete a tener Éxito!
¿Por qué existen seres quienes parecen vivir con éxito constante? y en
cambio otros… ¡apenas avanzan en sus vidas!
Sera… ¿Suerte? ¿Genética? ¿El destino?
La explicación es sencilla, pero asimilarla es algo más complicado.
Lo primero, es necesario que reformule su concepto sobre el éxito y
descubra las claves para obtenerlo y no dejarlo escapar nunca.
A todos nos gustaría tener éxito en la vida. Sin embargo, no todos lo
logran. Mientras que algunas personas parecen obtener un éxito tras otro, los
demás apenas logran salir adelante y sobrevivir… en vez de sobresalir – esa es
la meta.
Quizás Usted sea parte de este rezagado contingente.
Mi señora esposa me lo recuerda cada día. Sus palabras son aciertos, ya que
incluso yo, a veces olvido todo el éxito que he logrado y pienso en ¿por qué no
soy mucho más exitoso?
Pues bien, gran parte de la explicación está en la falta de cerrar círculos
/ ciclos:
Tenemos muchas iniciativas, pero ¡no las ejecutamos!
Nos fijamos metas, pero ¡no siempre las logramos!
Tenemos sueños, pero ¡no los alcanzamos!
Empezamos proyectos… y en ocasiones, ¡no los terminamos!
Y las personas quienes se proyectan así, en algún momento de la vida
sucumben ante la idea que probablemente no tienen las condiciones que se
requieren para ser exitosos. Sin saberlo, se concentran en lo arduo del
trabajo, los sacrificios que hay que llevar a cabo, lo grande de la distancia
por recorrer, en fin, se concentran en el camino, en lugar de enfocarse en la
meta, el triunfo que han de alcanzar y los beneficios que tendrán al culminar.
Por otra parte, también existen seres quienes no tienen muchas aspiraciones
en la vida y se conforman con lo que tienen. Simplemente no perciben la
necesidad ni la posibilidad de superarse y de lograr más en la vida. Tienden a preguntarse,
¿para qué quiero eso si así estoy bien?
Y nunca faltan aquellos quienes creen que el éxito tiene un ingrediente
significativo de suerte y que simplemente no les tocó a ellos.
Antes de proseguir en nuestro diálogo, considero que debemos aclarar a qué
nos referimos con éxito… la culminación de un objetivo propuesto con grandes
méritos. Esa sería una forma de expresarlo, ya que existen individuos quienes
heredaron su fortuna, su empresa, la familia o los amigos lo colocaron en un
buen puesto, etc. Nada de esto se considera éxito, sólo buenas posiciones,
alcanzadas por situaciones específicas en la vida, pero no por logros o
triunfos bien trabajados.
¿Cuál es entonces el secreto de nuestro éxito?
¿Todos pueden ser exitosos o es un destino reservado solo para unos pocos?
¿Qué diferencia hay entre una persona exitosa y el resto?
En primer lugar, el éxito no es un accidente ni es cosa de suerte. Cuando
vemos a una persona exitosa muchas veces desconocemos sus luchas, sus fracasos
y el arduo trabajo que la llevó al lugar en el cual todos la admiran y le
aplauden. En vez de alimentar nociones románticas sobre sus éxitos, deberíamos
tener siempre presente que esa persona ciertamente vivió momentos en los cuales
primaron "la sangre, el sudor y las lágrimas" sobre cualquier
retribución ya sea monetaria o de otra índole.
Recordemos la parábola de los talentos. (Mateo 25:14-30) Se cuenta la historia de un señor (Dios) quien reparte
talentos a sus siervos (los hombres) y después se va lejos. Al paso de muchos
años vuelve para evaluar el desempeño de sus siervos.
Lo interesante es que no reparte la misma cantidad de talentos a todos los
siervos. Uno recibe 5, otro recibe 2 y otro más recibe solo 1 talento, de
acuerdo a sus habilidades. Sin embargo, queda claro que el señor espera que
todos multipliquen sus talentos, independientemente del número que hayan
recibido. Al final de la historia reconoce el rendimiento de los siervos fieles
por igual y se enoja con aquél quien no incrementó su talento. La excusa fue
que lo guardaba para el Señor, tal cual como se lo entregó, cuando se supone
que debemos luchar por producir y
multiplicar nuestros talentos, como el dinero o el oro que guardamos en los
Bancos, es para que gane intereses, ¡no simplemente para guardarlo!
Aprendemos mucho de éste relato:
·
Dios no ha dejado a nadie con las manos
vacías para desarrollarse e incrementar en la vida. Todos tenemos al menos un
talento con el cual tenemos la posibilidad de prosperar.
·
El desarrollo de nuestro(s) talento(s) no
es una opción, es una responsabilidad. Todos somos llamados a incrementar lo
que Dios nos ha entregado, no solo para beneficio propio, sino para aportar a
nuestra comunidad.
·
No todos tenemos el mismo propósito en la
tierra. Algunos tienen mayores responsabilidades que otros, porque tienen el
llamado de influenciar más vidas. Estas personas normalmente se convierten en
personas más públicas y en ocasiones son quienes tildamos como personas de
éxito… en muchos casos es porque los medios de comunicación nos las presentan
como tales, sin necesariamente serlo.
¿Cuál es el condicionamiento y la “Motivación al Logro” en cada ser?
1. Lo psicológico:
Sin duda es lo más importante, ya que la mente es parte decisiva entre el
éxito y el fracaso. Si usted desea tener éxito en la vida, usted tiene que
aprender a dominar los pensamientos negativos que diariamente invaden su mente.
Si usted quiere que las cosas cambien en su vida exterior, primero tienen que
cambiar internamente. Usted tiene que visualizarse como una persona de éxito.
Programe su mente para el éxito y el éxito vendrá. No se concentre en lo que no
ha conseguido… visualice lo que “SI va a obtener” a través de sus obras, sus
acciones… sin importar cuánto esfuerzo tenga que hacer.
2. Lo fisiológico:
Las Personas triunfadoras tienen un nivel más alto de energía que los
demás. No necesariamente por ser atletas o deportistas, pero saben cuidar su
cuerpo para rendir al máximo durante su día. Así logran mantenerse alerta para
ver oportunidades que otros pasan por alto. No se cansan ni se quedan dormidos,
ya que se preocupan de su alimentación, sus horas de descanso y hacen
ejercicios regularmente. Es necesario mantenerse activo y esto exige cuerpo y
mente totalmente sanos.
3. La productividad:
Las Personas de éxito son más productivas. Para muchos el ser más
productivo significa aumentar la cantidad de trabajo. Sin embargo, la mayor
productividad de una persona de éxito no radica en que trabajen el doble que
los demás, sino que administran sus 24 horas diarias de otra manera. Trabajando
¡más inteligentemente y menos duramente! Por lo que son más eficientes en lo
que hacen. Se organizan, se dedican a lo que saben hacer bien y el resto lo
delegan. Por su éxito, sea Proactivo: Tenga el hábito de la visión personal.
Nuestra efectividad y nuestra felicidad está condicionada por nosotros, no por
“los otros”. Está en ti permitir sólo influencias positivas en tu vida.
4. El Liderazgo y la influencia:
Todos tenemos cierto círculo de influencia. Siempre nuestros actos influyen
en la vida de otros en mayor o menor grado. Las personas quienes triunfan en la
vida están conscientes de que su éxito depende de la capacidad de influenciar y
de persuadir a las personas quienes tiene a su alrededor a favor de sus ideas y
proyectos.
5. Un “Sentido de propósito”:
Como diría Stephen Covey, “Comience
con el fin en la mente”: Es el hábito de su liderazgo personal. Comience
hoy con una visión de cómo se quisiera ver al final de su vida, como quisiera
que lo vieran, como quisiera ser recordado, qué obra le gustaría dejar hecha.
Motiva a comenzar con una clara comprensión de su destino y se basa en el
principio que todas las cosas son creadas dos veces. La creación física
sigue a la creación mental. Su casa, por ejemplo, fue creada en la mente del
constructor, en planos, en ideas, antes de que se tocara el terreno.
Subyacente a todas las áreas anteriores se encuentra un fuerte sentido de
propósito que literalmente propulsa a la persona exitosa hacia adelante. Tiene una visión clara de lo que quiere
lograr y normalmente sus aspiraciones van más allá de una retribución meramente
económica. Ejecuta su labor diaria con pasión, ya que alberga un gran sueño en
su corazón.
Tome tiempo para impulsar su éxito.
Preservando y mejorando su activo más importante, ¡Ud.!
Renovando diaria y continuamente Su
Yo Físico, su Yo Mental, su Yo Espiritual y
su Yo Social y Emocional.
Acompáñeme… le aseguro, ¡tendremos
éxito!
O. Ariza
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